27.05.2013 por
,La fiesta como formato de programación ha tenido en el Festival ZEMOS98 poco éxito a lo largo de nuestros 15 años de historia. Aún así, este año la fiesta de clausura del 15 Festival partía de dos premisas que la hacían diferente: el lugar y la hora. Es decir, La Carpa (como espacio alejado del centro de la ciudad) y que se celebraba mayormente "de día", es decir de 13h a 23h. En esta crónica intentamos reconstruir y volver a escuchar algunos de esos sonidos que tuvieron lugar el 13 de Abril de 2013.
A pesar de la "distancia" y "de lo poco habitual" del lugar, nuestras previsiones en lo cuantitativo se cumplieron, en cuanto a lugar idóneo para pasar un caluroso día de primavera también, la gente estaba tan cómoda que había momentos en los que la música, es una pena pero hay que asumirlo, no fue protagonista.
Y aquí va una de nuestras primeras preguntas ¿en una fiesta qué es lo importante? ¿La jarana, la música y el cachondeo o el estar juntas y compartir un espacio común en torno a algo? Ya sé que puede sonar a retórico pero como organizadores de fiestas la verdad es que nos centramos en lo primero y lo otro se configuró solo. Pero siendo justas con lo que pasó, las carpas de circo son invernaderos. Sí, mucha gente entró (en el horario de 14 a 19h) y se salía al instante. Imposible estar dentro por el calor. Aún así, y aquí surge otra pregunta ¿a un DJ hay que verlo haciendo lo que hace o con escucharlo ya basta?.
Quien más sufrió este calor fue Caballito, los primeros en usar el escenario dentro de la carpa, el público se resguardaba a la sombra, pero el trabajo de Grita y Viva la Virgen sonó más que bien. Una suerte de cumbias y electrocumbias a cuatro manos que hacía presagiar un magnífico inicio de jornada. “El sonido de Caballito refleja el calor, la alegría, las raíces, las ganas de mover el culo, el sudor, la buena onda…”, en esta ocasión ganó el sudor.
Claro, cuando se subió al escenario Orxata Sound System nuestra pregunta anterior quedó respondida, a un grupo que toca en directo, tienes que verlos cómo tocan en directo. El calor era el mismo, o peor, pero las ganas de pasar un buen rato con ellos se notaba en el ambiente. El espacio interior de la carpa quedó codificado con el concierto de Orxata, vease: bailar (preferentemente descalzos) sobre la tarima de madera.
La actitud de Orxata también ayudó mucho, desde su comienzo "El calor es violència" dejaron claro que sus canciones estaban allí para mover también las conciencias. Alguien tuvo la idea de acercarse por unos pulverizadores que fueron rellenados de agua y compartidos como refresco de los que allí bailaban y escuchaban la propuesta de dos voces, bajo, trompeta y electrónica. Atendiendo a una de las premisas de Ecos del Gueto sobre el análisis "político" de la música periférica podemos decir que Orxata cumple las dos tradiciones "la occidental" y la "no-occidental", es decir que además de contenido político, el trabajo en el escenario de los valencianos también reivindica porque «bailar es una forma de expresión política, de mantener la alegría y de crear comunidad.»
Pero no nos olvidemos que tanto la primera sesión como los descansos entre concierto y concierto fueron también con música NON-STOP, de la mano de Ion Din Anina, activista de los sonidos globales en Sevilla, cada sesión (de cumbia, algo de bass y muchos discursos políticos y grabaciones de campo de manifestaciones) de 30 minutos acompañaba, desde el exterior, a un público con ganas ya de seguir moviendo el esqueleto. A la larga fue el DJ que más tiempo estuvo pinchando y mención especial al carrito autónomo que le permitió moverse entre el exterior de la carpa. El caso es que el intermedio entre Orxata y Soniye fue más largo de lo previsto: se presentó la policía.
Y aquí va la primera pregunta de una vecina cercana a "La Carpa" ¿Y esta música es cultura?. El caso es que un grupo de vecinos se había organizado porque les molestaba el ruido o más bien, según aclaramos cuando pudimos hablar con ellos, les molestaban los bajos, la hora de la siesta, la cantidad de tiempo y había un poco de recelo en sí por la propia Carpa. No pasó nada con la policía (bueno un poco de retraso y de "quépasaaquí") la actividad de La Carpa está avalada por un convenio con el Ayuntamiento de Sevilla. De los 10 vecinos con los que estuvimos hablando, sólo uno conocía el interior de la carpa. "En el balcón no se escucha, pero dentro de la casa los cristales retumban" eso es lo que nos dijo un mujer, ellos querían pararlo todo, nosotros decidimos recortar un poco las frecuencias bajas y bajar el volumen en general. Gestionar la comunidad e invitar a las vecinas y vecinos que se unieran a la fiesta también lo intentamos pero ellas declinaron,
El joven valenciano que encabalga ritmos cortantes y a lo bestia con nombre de Soniye Muzick estaba un poco nervioso. Por su cabeza estaban pasando todos los beats acelerados que tenía preparados en su controladora digital. La calidad del sonido no se vió afectada, a mi me gusta un poco más de volumen, pero el público respondió con creces a la loca propuesta de Soniye. Y los lanzó, claro que los lanzó. ¿Qué hacer cuando el ritmo sube, rompe, vuelve a subir, y vuelve a romper y vuelve a subir? El trabajo que hace Soniye es muy difícil de mantener, y a la larga que su sesión tuviera que ser un poco recortada le vino hasta bien. El público aguantó y él demostró que es posible partir de las músicas del gueto y llevarlas a un terreno desacerbadamente "nuevo" (con todo lo nuevo que se puede decir que es el trap que nació a principios del 2000), ya sabemos que no es el único que lo hace y es interesante encontrar otras referencias similares en artistas también jóvenes como Baauer productor de la música del famoso Harlem Shake. Ahora estamos en esos años (¿meses?) donde la música trap "ha petado" y durará hasta que Beyoncé, Madonna, Fatboy Slim o David Guetta lo gasten. Lo bueno es que para entonces seguro que Soniye ya se habrá reinventado por eso habrá que seguir escuchándole.
La perla de la tarde-noche de "La niña bonita" la tenía Cardopusher. Quizás el artista con más trayectoria de los programados y quizás el que mejor adaptó su forma de mezclar a las condiciones del espacio (con algo menos de graves y sin poder tener unos monitores a todo volumen). Las condiciones le fueron propicias, el sol caía y la gente ya no tenía miedo al calor de la carpa. Sus llamadas a modo de encabalgamientos con un ritmo alto hicieron lo demás. Cardo, que vino de Barcelona pero nació en Venezuela se marcó una sesión de material propio y ajeno difícil de encontrar. Es inevitable y deseable que, después de tantas horas de música continuada, algunas producciones se volvieran a escuchar pinchadas por diferentes DJs, pero no fue así, en el viaje musical de ida y vuelta (cronológica y geográficamente hablando) no habíamos escuchado, aún, esas músicas que nos proponía Cardopusher. Pero no nos confundamos, repeticiones sí, claro, que en el bassline, el footwork, el juke y el tecnolatinhouse los loops vocales (muchas referencias a la música de discoteca de los 90) y los samples salseros y cumbieros forman parte del estilo limpio y sin concesiones del venezolano basado en cues y re-loops. Una revitalización, necesaria por otro lado, del trance.
Y aquí va una pregunta a modo de canción "¿Dónde están las mujeres?" ese temazo propio que Cardopusher enganchó con producciones propias generó incluso alguna reacción negativa en el público. Y como las interpretaciones son libres, nos arrogamos y echamos a la espalda, el mismo cometido expresado por Isidro López (Ecos del Gueto), hace falta un estudio más serio de la presencia y representación de la mujer en todos los ámbitos de la música electrónica.
Nosotros abogamos por convocar a DJs, VivaLaVirgen y Mata Hari fueron nuestras apuestas, pero aunque es más fácil encontrar a vocalistas y "en el primer mundo del baile" es cierto que no es fácil encontrar a productoras y artistas. La noche la cerró Mata Hari, que nos regaló una sorpresa de inicio: Filastine, conocido de ZEMOS98 y colaborador artístico de European Souvenirs, se marcó una sesión de visuales con más ganas que condiciones técnicas adecuadas.
Mata Hari sí que tiró de repertorio propio, producido en Post World Industries, y nos resituó en el viaje por las músicas latinoamericanas para incluir algo de orientalismo y mucho, demasiado quizás, dubstep y ritmo más comerciales. La actitud, en todo caso, impecable y performativa convirtió, ya era totalmente de noche, a la carpa en una pista de baile.
Precisamente los mejores momentos de Mata Hari fueron los guiños a las nuevas producciones y remezclas (mención especial la versión dubstep del Colony Collapseremezclado por Aucan) de Filastine y Maga Bo dos de los artistas que responden más que bien a la máxima que comparten con Ion Din Anina y que se resume en una de los mejores y más inspiradores claims: «Post World Industries trades in outernational bass music, insurrectionary politics & street rhythms. We produce and distribute media against monoculture.»
Con la cabeza llena de ritmos y el cuerpo azotados por las diferentes propuestas nos queda la reflexión sobre ¿cómo suena el mundo global? ¿es posible, técnicamente queda demostrado que sí, traer todos los sonidos globales en una sola tarde-noche? ¿cuánto nos queda por aprender para seguir gestionando fiestas? ¿tú bailas, hablas, escuchas o escuchas y bailas? Nos vemos en la próxima fiesta.
Esta fiesta se programó en colaboración con Ecos del Gueto y con la inestimable colaboración del personal de La Carpa (que sufrieron también el calor). Las sesiones las encuentras todas en nuestra cuenta de Mixcloud, hay fotos de Julio Albarrán aquí
9 - Loly Álvarez 28/05/2013 - 12.45
Me ha gustado leeros y ver este magnífico resumen de la fiesta en La Carpa, pena que no pude disfrutarlo del todo. Me cuesta entender los ruidos pero sé que son importantes en vuestro desarrollo cultural. Un beso de una mujer que intenta entenderos.